Para extraer agua de un pozo o vaciar áreas inundadas, la solución son las electrobombas sumergibles. Se pueden clasificar en dos grandes familias: bombas sumergibles para aguas claras y aquellas para aguas oscuras o sucias, es decir, aguas que contienen impurezas. Al igual que con todas las bombas, los parámetros principales a tener en cuenta para las electrobombas sumergibles son el caudal y la altura manométrica.
Cuando se trata de extraer agua de grandes profundidades, como en el caso de los pozos, se utilizan bombas sumergibles multicelulares, es decir, equipadas con varios impulsores. Un aspecto importante a considerar al elegir una bomba sumergible es la calidad y resistencia de los materiales.
Las electrobombas sumergibles funcionan generalmente con un flotador. Al medir el nivel del líquido, es el flotador el que determina el arranque de la bomba e impide el arranque en seco.
El motor es un componente fundamental, que debe garantizar una altísima fiabilidad para limitar las actividades de mantenimiento y sustitución.