Válvulas de interceptación industriales: rendimiento y seguridad.
En cada instalación industrial — ya sea tratamiento de agua, producción alimentaria, química, HVAC o distribución de fluidos — las válvulas de interceptación desempeñan un papel crucial:
- controlar presión, caudal, nivel y temperatura;
- aislar y asegurar el flujo de líquidos o gases.
Es precisamente gracias a estos dispositivos que es posible garantizar mantenimiento, seguridad y continuidad operativa. Cuando se habla de la interceptación de fluidos, es importante destacar que en algunos casos las válvulas sirven para bloquear o permitir el paso total del fluido, mientras que en otros regulan el caudal. En consecuencia, dentro de la categoría de válvulas de interceptación encontramos diferentes tipos, algunas ideales como válvulas de apertura y cierre, y otras como válvulas de control.
Antes de considerar los distintos tipos de válvulas de interceptación, una curiosidad histórica. Del análisis de los hallazgos ha surgido que incluso las válvulas construidas por los antiguos romanos estaban dotadas de un detalle constructivo particular que permitía reducir el caudal máximo según cada caso, siguiendo las indicaciones del superintendente de aguas. Pero veamos ahora cómo funcionan las válvulas de interceptación.

Válvulas de bola: las válvulas de interceptación más comunes.
Las válvulas de bola son dispositivos presentes en muchísimas instalaciones industriales porque garantizan un cierre rápido y muy eficaz: desde plantas petroquímicas hasta sistemas de refrigeración, desde líneas de producción alimentaria hasta instalaciones de desalinización, solo por mencionar algunos ejemplos. Ideales para servicios que requieren un sellado perfecto, funcionan mediante una bola perforada que gira 90°, permitiendo abrir, cerrar o interrumpir el paso de los fluidos. Son apreciadas porque resisten presiones muy elevadas y temperaturas extremas, existen en diferentes tamaños y resultan fáciles de accionar y reparar. (lee también Globe 3P de Genebre: la válvula de bola de fácil mantenimiento)
Las válvulas de bola existen también en la versión de tres vías, diseñadas para desviar o combinar fluidos en una instalación. Por ejemplo, en sistemas que gestionan varios tipos de líquidos, estas válvulas permiten mezclarlos, regular sus cantidades o dirigirlos hacia distintas tuberías según las necesidades operativas. Como sugiere el nombre, la válvula conecta tres aberturas y controla el flujo según la posición de la bola interna, que actúa como órgano de interceptación. La bola puede configurarse de dos maneras principales:
- Configuración en T: ideal para la mezcla de fluidos o para crear un bypass. Permite el paso hacia dos salidas simultáneamente, o hacia la salida izquierda o derecha, o el cierre completo.
- Configuración en L: utilizada para desviar el flujo de una tubería a otra. En este modo, la válvula puede dirigir el fluido hacia la salida derecha, hacia la salida izquierda o cerrarse por completo.
Las válvulas de mariposa: soluciones compactas y versátiles.
Estas válvulas están dotadas de un disco metálico que actúa como obturador. El disco gira alrededor de un eje central y, comprimiendo la junta presente en el cuerpo de la válvula, permite abrir, cerrar o regular parcialmente el paso del fluido. La evolución y ciertos perfeccionamientos constructivos han hecho que este tipo de válvulas de interceptación sea adecuado también para contextos exigentes. Hoy en día, las válvulas de mariposa se utilizan ampliamente en el ámbito industrial, especialmente en instalaciones donde los fluidos son densos o contienen partículas en suspensión — situaciones en las que las válvulas de bola no resultan adecuadas.
Por ejemplo, en una planta de depuración, las válvulas de mariposa se instalan a menudo en las tuberías principales que transportan aguas residuales y lodos. Estos fluidos son densos, pueden contener sólidos en suspensión y requieren válvulas capaces de garantizar buena estanqueidad y facilidad de maniobra, sin riesgo de obstrucciones. La válvula de mariposa permite:
- regular el flujo de los lodos desde el depósito de sedimentación hasta las etapas de tratamiento posteriores;
- aislar rápidamente una sección de la instalación durante intervenciones de mantenimiento, gracias al cierre rápido del disco.
Las válvulas de mariposa están disponibles en versión wafer o lug. La diferencia se refiere al modo en que se conectan a las tuberías. En el primer caso, ideal para espacios reducidos como puede ser una línea de producción alimentaria, la válvula se fija con pernos entre las bridas del tubo; en el segundo, más adecuado para situaciones que requieren mantenimiento frecuente o en instalaciones de final de línea, la válvula presenta orejetas roscadas en ambos lados.
La importancia de los materiales y del cumplimiento de las normas.
En el sector industrial, la elección de los materiales es determinante para asegurar resistencia, durabilidad y compatibilidad con las aplicaciones y los estándares de proceso. El acero inoxidable es un material particularmente estratégico para este tipo de aplicaciones, tanto por su resistencia a la corrosión — que lo hace ideal para líquidos agresivos — como por sus características de higiene, que lo convierten en el material de referencia en la industria alimentaria o farmacéutica.
Fundamental es también el material de las juntas. Por ejemplo, una junta de goma EPDM con revestimiento de teflón asegura una resistencia y durabilidad superiores, incluso en contextos exigentes.
Eficiencia y automatización: válvulas de interceptación actuadas.
Las válvulas de interceptación modernas pueden estar equipadas con actuadores eléctricos o neumáticos. Esta evolución en válvulas actuadas transforma las válvulas de interceptación de simples componentes mecánicos a dispositivos inteligentes de control de procesos.
La actuación neumática es uno de los sistemas más utilizados para accionar automáticamente las válvulas de interceptación, gracias a su rapidez, fiabilidad y seguridad operativa. En este tipo de accionamiento, el aire comprimido se emplea para generar el movimiento necesario para abrir o cerrar la válvula: la energía neumática impulsa un pistón o una membrana conectados al órgano de cierre, permitiendo maniobras precisas y repetibles incluso a altas frecuencias.
Se trata de un sistema particularmente ventajoso en entornos industriales donde se requiere un control rápido y fiable, o en contextos potencialmente explosivos en los que se prefiere evitar componentes eléctricos. Por ejemplo, en sistemas de parada de emergencia, un actuador neumático puede cerrar una válvula de bola en pocos segundos para evitar la difusión de materiales peligrosos. Además, gracias a su robustez y al menor número de componentes respecto a los actuadores eléctricos, los actuadores neumáticos garantizan una elevada durabilidad y un mantenimiento reducido. Son especialmente prácticos, dado que el aire comprimido ya está presente en muchos entornos industriales, y permiten la integración con sistemas de automatización avanzados, como PLC y equipos de control remoto.

















